martes, 15 de octubre de 2013

- One Shot - Prólogo:

 
                                                           
Prólogo:

 Sinceridad, honestidad, sacrificio, perdón absoluto... en el colegio al que asistí de niña, siempre nos enseñaban estos términos: Todos somos hijos de dios me decían, todos somos hermanos, haz el amor y no la guerra, proclama la paz absoluta.

Pero la verdad es que a lo largo de mi vida, he aprendido que no hay un dios como tal, un padre absoluto de amor incondicional que nos guía y protege, también que los hermanos no se matan entre sí por gobernar una parte de la ciudad, que para proteger aquello que más amas la guerra es inevitable; y que a lo largo de la vida es casi imposible encontrar un minuto de paz absoluta.

Siempre fui una hija obediente y una mejor hermana; y sé que si mi padre estuviera aquí me diría que perdonara a los hombres que lo mataron, que no intentara vengarme, que los dejara ir y fuera feliz.

Pero lamento decir que esta historia, no trata sobre el perdón.

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