jueves, 28 de noviembre de 2013

- One Shot 5 - El Sonido de la Lluvia:

 
5ª - El Sonido de la Lluvia:

Lara

Ya casi ha amanecido cuando llego a casa, pero no tengo nada de sueño. Me despido de Zelo, que quiere irse a dormir. Me he quedado sola otra vez.
Prefiero entrar por la puerta de atrás, por el taller. No se si Nana aún está despierta, pero prefiero no encontrármela ahora. Me he prometido que en cuanto la vea le diría lo que descubrí al leer el diario de mamá; pero ahora mismo no tengo fuerzas para enfrentarla. Me agacho y tiro la puerta ascendente hacia arriba, pesa muchísimo así que sólo la abro un poco y me cuelo por la rendija.
- ¿Qué haces? -La voz de Yong Guk me sobresalta terriblemente.
Durante un instante me he sentido como si me hubieran pillado cometiendo un delito, tengo el corazón en la boca. Miro hacia arriba. Lleva una camiseta de tirantes negra y está apoyado sobre la barandilla, mirándome con expresión burlona.
- ¡Joder! -Exclamo- ¡Qué susto me has dado!
- ¿De dónde vienes?
- De estar con tu hermano. -Contesto y subo la escalera de caracol granate.
El sonido de los tacones repunta demasiado contra el hierro por lo que intento ser lo más sigilosa que puedo. Si Yong Guk está aquí quiere decir que todos han regresado ya de patrullar y están dormidos. Él siempre es el último en acostarse.
- Estás muy guapa. -Comenta de manera burlona.
Me tumbo sobre el sofá negro que hay nada más terminar la escalera, y me quito las botas, dios, qué alivio... no estoy acostumbrada a llevar tacones altos y lo noto cuando los llevo mucho tiempo.
Yong Guk está frente a mí, apoyado contra la mesa de billar, con los brazos cruzados.
- ¿Qué pasa? -Le pregunto mientras me masajeo el pie.
- ¿Vuelves ha hablarme? -Dice en tono de despecho.
- ¿Pero qué dices? ¿Cuándo he dejado de hablarte? -Gira la cabeza a un lado y enarca una ceja mientras sonríe ligeramente y se acaricia el labio inferior con la lengua.
- Cuando me desperté la otra noche tú no estabas. -Su tono es calmado-. Te busqué y no te encontré. ¿Por qué no me despertaste?
- ¿Cuándo? -Contesto como si no supiera a qué se refiere.
- Mira, ¿sabes qué? -pierde la paciencia-. Es igual. -Se endereza y viene hacia mí- Yo también me canso ¿sabes? Me duele, me haces daño.
- ¿Yo? -contesto indignada- ¿Cuando? ¿Qué te he hecho?
- Por dios, Lara. -Contesta con frustración- No te hagas la idiota. -El tono con el que pronuncia esas últimas palabras es desgarrador. Yong Guk nunca grita, sólo tiene que decir algo con el tono de voz justo para dar miedo, respeto o simplemente tocarte el corazón.- Independientemente de mis sentimientos por ti, creo que me he ganado el derecho de ser al menos tu amigo, no te pido que me quieras como yo a ti. Simplemente que no me ignores, como si yo fuese el sonido de la lluvia.
El dolor que refleja su mirada me parte el corazón, ¿Cómo puede pensar eso? ¿Es que no sabe que mi día gira en torno a él?. Se da la vuelta escalera abajo.
- Oppa, espera.
Voy hacia él y le abrazo por la espalda. Acaricio mi cara contra su nuca y le agarro por los brazos, abrazándolo para que no se vaya.
- No te vayas. Perdóname. -Le digo acariciándole el pecho y el estómago.
Se da la vuelta y me abraza, le escondo la cara en el cuello, una lágrima me cae involuntariamente del ojo derecho, pero él no parece notarlo.
 - Yong Guk, yo también te quiero, muchísimo. No quiero hacerte daño, no quiero que sufras porque lo que a ti te pasa me duele a mi cien veces más. -Me abraza con más fuerza aún.
- ¿Lo dices de verdad? -Parece desconcertado. ¿Cómo puede ser tan imbécil? ¿Es que nunca se ha dado cuenta de mis sentimientos por él?
Me separo y le doy la espalda. Suspiro tapándome la cara. Me da vergüenza hablar de mis sentimientos. Yong Guk me coge por el hombro, me da la vuelta y me besa apasionadamente.
No se cómo; acabamos contra la mesa de billar. El me coge por la cintura y me sienta sobre ella para poder besarme más cómodamente, siento sus manos en mis muslos, a través de las medias negras, por debajo de la falda. Las puntas de sus dedos se me clavan, el corazón me late muy deprisa y siento las mejillas arder.
Esta no es la primera vez que él y yo estamos así, pero esta vez es distinto, más intenso.
Me mira a los ojos, acaricia mi cara con sus manos, examinando mi expresión, mi respiración se vuelve intensa y entonces me vuelve a besar con desesperación.
Poco a poco va perdiendo intensidad, hasta dejar de besarme. Cuando eso pasa me besa la frente y me mira a los ojos.
- ¿Estás llorando? -Me pregunta de golpe.
Ante su pregunta río de manera triste, mi risa se convierte en guturales carcajadas.
Dios, ya no puedo más, qué harta estoy. Si de mi dependiera me echaría a llorar ahora mismo.
- No vienes buscando esto, ¿verdad? -Le miro sin entender- ¿Hay algo que te preocupa? -Mi mirada de reproche lo dice todo. Él lo capta al vuelo.- Vale, ¿algo inusual, que te preocupa especialmente?-Guiño un ojo y frunzo los labios en respuesta- ¿Me lo quieres contar, cariño?
- Hay algo... -empiezo, sabiéndome la nariz y limpiando la sombra de ojos y el rimel corrido de mi cara- es sobre mi madre...
- ¿Tu madre?
Asiento con la cabeza. Él frunce el ceño sin dejar de escrutar mi expresión. Cruzo las piernas sobre la mesa de billar. Él sube de un salto e imita mi posición. Entrelaza su mano con la mía y yo le cuento lo que descubrí del diario de mi madre.

- ¿Qué hora es? -Pregunto desperezándome.
- Ya casi está anocheciendo. -Responde Yong Guk.
- ¿Qué? ¿Tan pronto?
- No tenemos por qué levantarnos todavía si no quieres.
Acaricia mi espalda desnuda con la palma de la mano. Yo me muevo y pongo la cabeza encima de su pecho, escuchando el latido suave de su corazón, nunca lo había oído tan tranquilo. Enredo mi mano derecha entre la suya, él le da un beso al dorso de mi mano y luego la pone contra su cara.
- ¿En qué piensas? -Pregunto.
- En lo que me has contado sobre tu madre. Debió de sufrir mucho.
- Sí... -contesto algo alicaída.
- Si alguna vez tú dejas de quererme, no te retendré a mi lado. Te dejaré ir.
- ¿A qué viene eso? -Me incorporo de repente. Él solo sonríe.
- Anda, ven aquí, que aún nos quedan un par de horas más. -Tira de mi antebrazo y me envuelve entre sus brazos.
- Pues yo a ti no. -Contesto contra su piel desnuda- Si alguna vez dejas de quererme, nunca te dejaré ir. Y si me dejas por otra a ella me la carga y a ti te mato...-Con los ojos cerrados sonríe de manera alegre, relajada, es el sonido más dulce que he oído nunca.
- No te preocupes; yo no dejaré de quererte nunca-besa mi mano-. No puedo. -Se da la vuelta y se pone encima de mi, mirándome con una expresión divertida, feliz.
- Más te vale. -Le digo en tono acusador. Él asiente y sonríe mientras me besa de nuevo.

Nana

Miro el reloj de muñeca plateado que llevo puesto, son más de las nueve y media de la noche, pero aún nadie se ha levantado, ni siquiera Dae Hyun, que siempre es el primero en brincar de la cama.
Estoy sola en el taller y oigo la puerta abrirse a mi espalda: Es Lara
- ¿Qué tal lo pasaste anoche? -Le pregunto medio burla, medio reproche.
- ¿Eh? -Me mira sin comprender.
- Con Zelo. Ya me dijo Himchan que te lo llevaste por ahí. -Baja la cabeza y desvía la mirada a un lado.- ¿Estás bien?
- Onnie, tengo que hablar contigo. -Me dice
- ¿Qué? ¿Por qué...? -Me percato que tiene un libro en la mano con las pastas de terciopelo amarillo.- Lara, ¿qué es eso?
- Era el diario de mamá. -Contesta.
- Cuando se enamoró de papá ella era muy joven.
Habían nacido y crecido en el mismo barrio, pero cuando mamá tenía catorce y papá dieciséis él un día se marchó.
Cuando volvió lo hizo cuatro años después, convertido en... un hombre rico, como todos lo llamaban. Se casaron jóvenes y muy enamorados, a los dos años naciste tú, y luego yo. Todo parecía idóneo pero... mamá empezó ha hacer preguntas, había cosas extrañas, el dinero, los hombres que desaparecían, las muertes inexplicables, las acusaciones contra papá... -Lata se detiene un momento para tomar aire. Se muerde el labio e inspira, luego continúa-. Mamá y papá discutían continuamente, ella estaba harta, sabía lo que papá hacía y por eso quería abandonarlo.
Nana, mamá tenía una aventura con otro hombre.
- ¿Qué? -Sus palabras me dejan helada.
- Es la verdad. Tenía un amante; la mano derecha de papá, su socio. Él también tenía un hijo. Mamá planeaba huir con ellos la noche en que murió.
- No me lo puedo creer... -Estoy conmocionada.
- Está todo aquí. En su diario. A ella le encantaba escribir; y lo escribió todo. Lo encontré hace cuatro años.
- ¿Por qué nunca me lo dijiste?
- Porque era algo del pasado que creí que era mejor no remover. Luego papá murió y tú... no quería que sufrieras más, Nana. Perdóname. -Me entrega el diario para que lo lea.
Suspiro mientras ojeo el diario, hay algunos poemas y muchos dibujos, Lara es igual que nuestra madre en ese aspecto. Escribe o dibuja en cada papel que cae en sus manos.
- La última entrada es del día en que murió.
Me dirijo a la mitad del diario, y junto al último texto veo el dibujo de un sello que ella hizo. Este dibujo... es...
- Dios mío, Lara. Este es... -Parece no entender- El dibujo, este es el sello del anillo del hombre que mató a papá.




NanaChan112

- One Shot 4 - Secret Love:




4 ª - Secret Love:
 
Zelo

Suspiro de aburrimiento. Desde que Nana nuna mató a Escorpión, hace ya casi una semana, los mayores apenas me hacen caso.
Lara y Yong Guk están más raros que nunca, apenas se hablan; pero no dejan de mirarse el uno al otro. Cuando nuna no lo ve mi hermano no le quita el ojo de encima y al revés. Se gustan fijo, es más, yo creo que hasta están liados...
Nana y Hinchan parece que están más unidos últimamente, cuando ajasshi murió ellos se separaron mucho, ya no sonreían como tontos el uno al otro, ni hacía "ñoñerías" como Lara las llamaba, pero últimamente la cosa parecía estar cambiando.
Desde que Nana había recordado aquel sello del anillo todos los mayores habían salido a patrullar cada noche. "Vivimos como vampiros" se queja siempre Lara, la verdad es que tiene razón, pero es divertido...
Doy otro bote al balón que tengo, si nadie juega conmigo al baloncesto es muy aburrido, no puedo jugar conmigo mismo. Casi está anocheciendo y en el patio estoy solo yo. Lanzo el balón pero no encesta. Vaya...
La puerta del patio se abre con su habitual chirrido y el sonido de unos tacones toma el protagonismo. Nana nuna aparece instantáneamente en mi mente, pero para mi sorpresa no es ella, si no Lara.
Lleva unas botas negras de tacón alto y una falda corta corta de cuero negro. Es rarísimo verla usando tacones altos.
- Nuna, ¿por qué vas vestida así? ¿Y esas botas?.
- No son mías -responde, ya decía yo-. ¿Te vienes? -Suelta de repente.
- ¿A dónde?
- A un pub. Aquí me aburro como una ostra y todos han salido, sólo quedan Nana y Hinchan. No es justo que nosotros nos encerremos aquí, ¿no crees?. Anda, cámbiate y nos vamos.
- ¡Nuna! -Suelto el balón en el acto y me lanzo a ella para envolverla en un abrazo- ¡Eres la mejor! -la abrazo y alzo en el aire. Mi hermano no me deja ir de pubs, dice que aún soy muy joven, así que siempre he querido ir a uno.

Hinchan

 - Oppa. -Oigo la voz de Nana llamándome.
- ¡Estoy aquí! ¡En el taller! -Contesto.
Siempre estoy aquí metido arreglando coches, es lo que me gusta hacer, pero desde que cerramos el taller ya no lo hago. Antes lo hacía con Yong Guk, ambos éramos los encargados del taller e incluso cuando lo cerramos lo hacíamos por diversión; pero últimamente ese chico no está en lo que está; así que siempre lo hago solo.
- Oppa -dice cuando entra al taller- ¿has visto a Lara?
- ¿A Lara? -Su pregunta me extraña- Pues la he visto salir con los tacones puestos y una falda de cuero negro.
- ¿Cómo? -Su expresión cambia. Abre mucho los ojos y los labios.
Es como una muñeca cuando hace eso.
- ¿Y a dónde iba? -En tres pasos grandes se pone junto a mí- ¿No te lo ha dicho?
- Pues a la disco... ¡Yo qué se! Déjala que salga y se divierta. -Le toco la punta de la nariz llenándosela de grasa de coche.
- ¡Ah! ¡Hinchan! ¡No me toques la nariz! Sabes que lo odio.
- Por eso lo hago...
- ¡Idiota! -me da un ligero manotazo, apenas si tiene fuerzas en esas manitas.
- No te enfurruñes. -Ronroneo Lara ya es mayor, tiene 20 años. Eres su hermana, no su madre.
- Soy su hermana mayor, mi deber es protegerla de todo. Lara es lo que más quiero, si algo le pasa... A pesar de lo mayor que parece o lo alta que sea es tímida e insegura, siempre me ha necesitado. Soy su fuerza, y ella la mía.
- Nana, tu hermana hace kung-fu hasta con la lengua, y con los tacones que llevaba de un pisotón se quita de encima a quien sea. -Mi comentario tenía como finalidad hacerla reír, pero fracaso estrepitosamente. Al contrario, la hago enfadar aún más-. Nana, -empleo mi tono más meloso- yo también quiero mucho a Lara, si estuviera en peligro yo sería el primero en ir a por ella... no es tonta, también es fuerte. -Nana no dice nada- Regresará en un par de horas. No está acostumbrada a los tacones.-me encojo de hombros.
- ¿Te crees que no lo sé? -No creo que se refiera a los zapatos- Ella es la fuerte de las dos, si a mi me pasase algo ella lo soportaría, saldría adelante, sobreviviría, mejor o peor pero lo haría... pero yo no. Sin mi hermana, no puedo estar.
Me limpio la grasa del motor de las manos y la abrazo. Le doy un beso en la sien con cautela, no quiero presionarla. Sigo besándola por el rostro hasta llegar al cuello, ella no me rechaza y sigo. Sus brazos se curvan y me abraza, me acaricia el pelo.
- Oppa, -me dice- te quiero, muchísimo...
- Y yo a ti. -Le digo mirándola a los ojos- ¿Hoy sólo besos?
Le digo con una pequeña sonrisa, ella me corresponde con una carcajada y me besa.
- Hoy solo besos... los más dulces, -de da un piquito- de mis besos...

Zelo                

El pub es mucho más grande por dentro de lo que parecía a simple vista por fuera. Hay un escenario y luces azuladas y verdes por todas partes; miro hacia arriba, también hay una segunda planta con mesas y sofás blancos donde sentarse.
Nuna se sienta en un taburete alto de la barra del bar que hay al fondo de la disco, atravesando la casi desierta pista de baile.
Pide dos cervezas para los dos y se quita la chaqueta de cuero. No parece muy animada, es más, incluso parece deprimida.
Abro la boca para decir algo pero la vuelvo ha cerrar pues ella habla antes que yo.
- Secret Love...
- ¿Qué? -Pregunto desconcertado...
- Es el nombre de la canción. -Contesta de manera distraída mientras juega con el posavasos.
Ni siquiera me había dado cuenta de que había una canción sonando. Es bastante dulzona, pero con fuerza; un rapero de voz rasgada y tono bajo canta sobre un amor secreto que tiene con una mujer. Nadie puede verlos juntos, ni expresar su amor, tienen un código secreto para comunicarse pero al mismo tiempo caminan sobre el hielo...
El camarero nos trae dos botellas de cerveza de color verde, las abre y las deja ahí.
- ¿Te gusta esta canción, nuna? -Antes de contestar, da un trago de cerveza, pone una expresión extraña cuando bebe.
No recuerdo que a Lara le guste la cerveza... ella no suele beber.
- Me recuerda a una vieja historia de amor... -contesta- secreto... que nadie podía conocer...
Se muerde el labio de abajo y cierra los ojos pintados de negro. Inspira profundamente y vuelve a beber mirando hacia el techo, otra vez la expresión amarga.
- Nuna, a ti no te gusta la cerveza... -comento.
- Zelo, ¿tu te has enamorado alguna vez? -Me pregunta de golpe.
- ¿Qué? ¿Yo? No, qué va... ¿Y tú?
- Me da miedo. -Me contesta con total sinceridad.
- ¿Miedo? -Lara no le teme a nada ni a nadie. Jamás pensé que el amor pudiera darle miedo... ¿Es por eso que Yong Guk y ella no...?
- Mis padres eran tremendamente infelices... mi madre no amaba a mi padre; estaba enamorada de otro hombre. Ella quería dejarle.
Me atraganto con la cerveza, no es tan amarga como pensaba; pero la confesión de nuna me ha dejado en shock. Nunca la había oído decir algo así. Además, hasta donde yo sabía ella no recordaba a su madre, era muy pequeña cuando murió. Ni si quiera Nana la recuerda bien...
- Nuna... ¿qué me dices?-
- Es la verdad, Zelo. Nunca se lo había contado a nadie, ni a Yong Guk, ni a Nana, ni siquiera a Hinchan... -choca su botella de cerveza con la mía y luego vuelve a beber- Eres el primero al que se lo cuento. - Me sonrojo un poco al oírla.
-¿Y por qué...?
- Confío en ti, -me dice- y creo que ha llegado el momento de hacer que esta secreta historia de amor ya no sea secreta... He pensado en contárselo a Nana... pero no sé qué hacer... No quiero hacerle daño.
- Nuna... -no se queé decirle para consolarla-. Pero, ¿qué fue lo que pasó? ¿Cómo es que sabes tú, esta historia?
- Fue hace tiempo, hará unos cuatro años. Encontré el diario de mi madre donde lo explicaba todo. Iba a abandonar a mi padre y a marcharse con el hombre al que amaba, estaba huyendo cuando murió.
- ¿Os abandonó?
- No, a nosotras no. A nuestro padre, ella quería que nosotras nos fuéramos con ella. Mi madre decía que mi padre jamás la dejaría ir por las buenas, por eso planeaba huir...
Lara no me ha mirado desde que comenzó ha hablar, tiene la mirada triste, vacía... como si contuviera las lágrimas.
- Lo siento, nuna. -Le pongo la mano sobre el brazo.
Por fin me mira y sonríe de forma triste.
- Secret love... la canción le va perfecta.
Es cierto, la canción acaba de terminar pero yo apenas he prestado atención a la letra.
Durante un instante me da la sensación de que llorará, pero no lo hace. Mi nuna nunca llora, al menos no delante de los demás. Cuando su padre murió apenas si derramó unas lágrimas delante de nosotros.
- Jun Hong...
- ¿Si? -Cuando me llaman por mi verdadero nombre es que hay problemas
- Si le dices a Yong Guk, -su tono al principio, es frío, metálico. No pensaba contarle nada a mi hermano sobre lo que me acaba de relatar si es eso lo que la preocupa- que te he traído a un pub, y te he dejado beber cerveza te mato... -Su mirada se vuelve cómica.
- Vale, Lara...
- Oye niño, ¡un respeto que soy tu nuna!.
Vuelve a chocar su cerveza con la mía y sonríe. Siempre he pensado que la sonrisa de Lara era sexy y al mismo tiempo dulce y encantadora, igual que ella. Me gusta que al fin vuelva a sonreír.

 

 

NanaChan112

- One Shot 3 - La Naturaleza del Escorpión:


                                               3 ª - La Naturaleza Del Escorpión:

                                                          Nana

            - Hola conejita. Cuanto tiempo... -Reconozco al instante la voz que habla a mi espalda, Escorpión- Tira el arma conejita, o el conejo rosa y verde se van a la mierda...

Muy a mi pesar tiro la pistola. El muy hijo de puta nos había seguido, debí preverlo, todo había sido una sucia trampa.

            - Muy bien, ahora, levántate, despacio... muy bien...

Antes de que se lo espere me doy la vuelta y forcejeo para quitarle la pistola, esta cae y se vuelve una lucha cuerpo a cuerpo. ¡Nana! oigo gritar a Hinchan, Jong Up sigue inconsciente y dos hombres forcejean contra Hinchan.

Yo mira a Escorpión a la cara, pero como es más alto que yo sólo puedo ver el tatuaje del cuello que le da nombre, un escorpión con cola roja.

            - Es una pena, que vayas a morir sin poder vengarte de quien mató a tu papi...

            - Hijo de puta -jadeo- dime quién mató a mi padre, sé que lo sabes.

Escorpión me tiene atrapada contra la furgoneta y sus manazas asían mi cuello, estoy mareada, me cuesta respirar, no puedo creer que vaya a morir así.

Hinchan, ¿dónde está?, no puedo verlo, ni oírlo, y mi hermana, Lara. En estos momentos de agonía y miedo, mi último pensamiento es para ella.

            - Lara... -susurro.

            - Por tu hermanita no te preocupes, tengo planes para ella, la violaré delante de tus amigos para que todos vean cómo sufre, y luego, los mataré a todos... empezando por el que más te gusta...

"Lara, no" el flujo de mis pensamientos es espeso, como si fuera un sueño, en aquellos momentos de vigilia los hombres que mataron a mi padre vienen a mí, no puedo ver sus caras, pero recuerdo algo, un detalle... un anillo con un escudo grabado... es... ¿una serpiente?

 
Un disparo me despierta, ahora puedo respirar mejor, la opresión de sus manos en mi garganta se afloja, un disparo, otro y Escorpión cae a mis pies. Delante de mí, a unos metros está Hana empuñando una pistola.

En dos zancadas está frente a mí, le da la vuelta al cuerpo de Escorpión y lo encañona con la pistola en la mandíbula.

            - ¿Quién mató a mi padre? Habla. -Dice.

Sus ojos desprenden fuego, Escorpión está casi muerto, no hablará y Lara será la responsable de su muerte, por primera vez en su vida habrá matado a alguien. No puedo permitir eso.

            - Dame, yo lo mataré. -Extiendo la mano, exigiéndole que me de su pistola.

            - Onnie, no te metas. ¡Dime! ¿Quién fue? ¡Dímelo!

            - Eres igual que tu madre... -sonríe de manera burlona- tú lo tienes...

            - ¿De qué hablas, desgraciado?

            - De la naturaleza... del escorpión... tú la tienes... igual que ella... eres... una líder...

            - Yo no soy como tú.

            - Es cierto, no lo eres. -Contesto y antes de que Escorpión pueda decir una palabra más le pego un tiro en la cabeza con la pistola que acabo de recoger del suelo.

            - Onnie, ¿qué has hecho?

            - Tú no eres como él, Hana. Yo sí. -Jadeo-. Yo le he matado, no tú. No lo olvides.

 
 
            - ¿Seguro que estás bien? -Hinchan me aprieta con fuerza los hombros.

            - Oppa, me lo has preguntado noventa veces...

El calor que mana de su cuerpo me hace sentir mejor, aquí, en la terraza donde estamos hace un poco de frío, y la brisa marina no es que ayude.

            - Ya casi está amaneciendo. -Su pelo parece aún más negro con esta luz.

            - ¿Y Lara? ¿Te ha dicho algo? Habla más contigo que conmigo. Ella te adora, eres su hermano mayor.

            - Yo también la quiero mucho, pero no ha hablado conmigo.

            - Entiendo. -El silencio se hace incómodo- No quería que ella lo matara. No quiero que mate a nadie, no quiero que se vuelva como yo... -Mi voz se torna ronca y toso para aclararla.

            - Lo sé. -Me dice y me abraza- Y creo que Lara también, es una chica lista. Seguro que lo entiende.

                                                           Lara

 Llevo casi una hora nadando sin descanso, el agua está helada y la ropa mojada me pesa y se me pega el cuerpo.
Apoyo la cabeza contra el bordillo de la piscina, los labios me tiemblan aunque hace un rato que dejé de sentir el frío, al igual que los brazos. Me miro las manos, están ligeramente amoratadas.

            - ¿Cuánto tiempo piensas quedarte ahí? Te vas a congelar.

No levanto ni la cabeza para mirarle, por su voz jodidamente sexy sé perfectamente quién es.

            - Yong Guk, déjame en paz. -Jadeo.

No sé cuanto tiempo lleva ahí, y si no estuviera tan agotada seguiría nadando para ignorarle, pero si muevo un sólo músculo fuera del lugar estoy segura de que me ahogaré por agotamiento.

            - Estás temblando, -observa- ni siquiera te has quitado la ropa.

            - Es para que me la quites luego... -Arrastro las palabras para que suenen con hiriente desprecio.

Para mi sorpresa Yong Guk no dice nada. Sólo me mira desde su altura y luego se tira a la piscina junto a mí.

            - Jo-der, -exclama- el agua está helada. -Se queja.

            - ¿Qué diablos haces? ¡Tú estás loco! -afirmo más que pregunto.

            - Será que se pega. Anda ven aquí. -Tira de mi brazo y me arrastra a su lado, luego me abraza contra su pecho duro como una piedra.

Me aprisiona los brazos contra su torso; Yong Guk es delgado, pero muy musculoso y tiene mucha fuerza a consecuencia. Apenas si puedo moverme del sitio, ni mucho menos resistirme.

            - ¿Qué haces? -Me quejo-. Yong Guk, suelta. ¡Qué me sueltes!

Me revuelvo contra él, salpicando y revolviéndome pero él apenas parece notarlo.

            - Sshshshshshs.... -Me acuna para calmarme- Tranquila, no pasa nada, Lara. Sólo tienes que respirar. No has matado a nadie. Nana te protegió de hacerlo, otra vez. Es todo lo que hace, protegerte. De ti, de los demás, de ella misma, de mí el primero.

Me quedo quieta, escuchando su voz. Noto el calor de su cuerpo a través de la sudadera gris mojada. Mi corazón late increíblemente rápido; no se si es por la falta de calor en mi cuerpo, o por haberme resistido tanto que está así de nervioso; puede que incluso su cercanía me haga estar así aunque yo no quiera.

Sus ojos están puestos en el horizonte, mirando hacia la bahía que se ve al fondo del paisaje. Le miro como si lo hiciera por primera vez en años, es increíble lo poco y lo mucho que ha cambiado desde que éramos pequeños. Puede parecer que no a simple vista, por su mirada aparentemente dura y seria, o su pelo medio rapado, pero Yong Guk tiene cara de muñeco; rostro redondeado y aniñado, con la sonrisa muy dulce y la nariz pequeña.

            - ¿En qué piensas? -Me pregunta de golpe.

            - En algo que me dijo Escorpión. -Miento.

            - Deberías olvidarlo, ese hombre es veneno. Era... -Mientras habla mantiene la mirada fija en el mismo lugar.

            - Me habló de mi madre; dijo que era igual que ella. Que también lo tengo... la naturaleza del escorpión.

            - Eso no es verdad, -su tono de voz es increíblemente seguro. Incluso burlón, como si le hubieran gastado una broma- tú nunca traicionarías a nadie. -Ahora su tono era serio de verdad.

            - ¿Ni siquiera por amor?

Por primera vez desde que me abrazó deja de mirar al frente para mimarme a mí. Mis palabras parecen haberle desconcertado. Yo bajo la mirada y escondo la cara en su clavícula, abrazándolo fuerte.

            - Tengo frío. -Susurro.

            - Salgamos entonces. -Hace ademán de apartarse pero lo retengo aferrándome a sus hombros.

            - Todavía no. Aún no estoy preparada. Espera un poco más por favor... tú me das calor...

Sin decir nada más me abraza simplemente.

                                                        Hinchan

 Bajo las escaleras y abro la puerta trasera que da al taller de coches en el que nos reunimos siempre.

Echo un vistazo a la panorámica. Todo parece seguir igual, pero hay tanto que ha cambiado... Ya sólo quedan dos coches a medio reparar y una ristra de motos, algunas funcionan y otras no. En el centro de la sala, donde antes solían estar los elevadores de coches, ahora sólo hay una pequeña mesa con un sofá amplio de color verde y unas sillas en donde pasamos horas juntos. En frente sigue estando la puerta ascendente de chapa, pero sólo la abrimos a primeras horas de la noche y de la mañana, cuando tenemos que salir o entrar. Hace meses que el taller no se abre durante el día ni mucho menos reparamos coches. El piso de arriba sigue igual, a excepción de la escalera de caracol de hierro, que antes estaba pintada de verde botella y ahora es granate.

 

Casi todos están levantados ya, sólo faltan Lara, Nana y Yong Guk. Me acerco a Jong Up que está sentado en el sofá.

            - Jong Up, ¿cómo te encuentras? ¿estás bien? -Le pregunto interesado por el golpe en la cabeza que recibió de Escorpión.

            - ¡Jong Up! -Exclama la voz de Lara, evitando que el pequeño, desde la puerta del taller en el que nos reunimos-. ¿Cómo estás? ¿Te duele?.

Entra como un torbellino, pasa junto a mi y de un salto se planta en el sofá junto a su hermano pequeño.

            - Estoy bien, nuna.

            - A ver, déjame ver... -Le examina el golpe con cuidado- Pero qué hijo de puta...

Lara y Nana dan la impresión de ser completamente distintas; pero en verdad son completamente iguales. Ya no por el aspecto físico, que también tienen muchos rasgos faciales comunes; si no por la forma de hablar, de pensar, de moverse, los gustos y aficiones... son como una misma alma viviendo en dos cuerpos distintos, hermanas de sangre y amigas hasta la muerte; una unión que siempre se me antojó admirable e inquebrantable.

            - Lara, ¿cómo estás? -Le pongo la mano sobre el hombro. Parece cansada, como si no hubiera dormido bien.

            - Estoy bien, gracias -Sonríe ligeramente y acaricia mi mano sobre su hombro. Parece un ángel, tan inocente...

            - ¿Y Yong Guk? -Le pregunto para cambiar de conversación.

            - ¿Eh? -Su expresión cambia de golpe- ¿Y yo qué sé? ¿Por qué me preguntas a mí eso? -¿Y ahora por qué enfada? no entiendo nada...-

Me atraviesa con la mirada, parece mentira que hasta hace cinco segundos su rostro fuera el de una niña tierna y no el de una fiera indomable y malhumorada como es ahora...

En ese momento de desconcierto entra Nana, ataviada con su habitual abrigo de pelo negro. Todos en la sala nos enderezamos, a excepción de Lara, que permanece cómodamente en el sofá junto a Jong Up sin quitar la mirada de su hermana.

            - Lara, -comienza Nana, cauta- ¿estás bien?

            - Sí, onnie. -Contesta dulcemente.

Lara siempre me sorprende. Pensaba que cuando se encontrara con su hermana la desafiaría o sería borde con ella contestándole de mala manera. En cambio le contesta con ternura. Creo que sabe cómo tratar a su hermana, yo debería de aprender de ella, creo.

            - Jong Up, ¿cómo estás tú? -El aludido guiña un ojo y alza el pulgar para indicar que está bien- Siento lo de anoche, chicos, debí darme cuenta de que nos seguían.

            - Nuna se dio cuenta. -Interviene Zelo.

Nana no hace ningún comentario, pero al mirar a Zelo parece reparar en algo extraño.

            - Oye, Lara. ¿Dónde está Yong Guk? -Comenta señalando el sitio vacío en el sofá al lado de Zelo.

            - ¡Otra! ¡Qué no lo sé! -Contesta enfadada- Ni que fuera su sombra, pregúntale a Zelo que es su hermano.

            - Yo no tengo ni idea. -contesta rápidamente el aludido-. No lo he visto todavía desde que me he levantado.

            - A lo mejor sigue durmiendo, sólo son las ocho de la tarde jefa...

            - Young Jae, ¿prefieres llamarme jefa antes que nuna?

            - Muy fuerte, ¿verdad, onnie?

Las hermanas vuelven a intercambiar una sonrisa, me parece que hace meses que no las veo hacer ese gesto entre ellas; aunque esta vez no es como solían hacerlo, esta está llena de amor entre ellas pero también mucha tristeza y cierta infelicidad. Se me rompe el corazón de ver a la mujer que amo y a mi hermanita, mis dos chicas... tan destrozadas y tan unidas a la vez, las admiro por eso.

            - Anoche recordé algo -Suelta Nana de repente dejándome helado. No me había comentado nada...- De quien mató a mi padre. -Contesta seria.- Sigo sin poder verle la cara, -se apresura a decir-, lo siento. Pero sé que lleva un anillo, uno de oro, posiblemente macizo. Tiene grabado un sello, como un dragón o una serpiente. No puedo verlo bien, aún está todo muy borroso...

            - No es mucho... -Comenta Zelo.

            - ¡Pero es una pista! -Lara roba mis palabras con fiereza.

            - ¿Y ahora qué hacemos? -Pregunta Yong Guk desde la puerta trasera.

No me había dado cuenta de que había llegado. Tiene el pelo revuelto y pinta de no haber dormido demasiado bien, la sudadera gris es la misma que llevaba ayer y está muy arrugada y acartonada, como si hubiera dormido con ella puesta.

            - Ahora que Escorpión está muerto. -Comienza Yong Guk- ¿Podemos tener un poco de paz?

            - Podemos, oppa. -Contesta Nana, cauta-. Pero no por mucho tiempo. Dentro de poco vendrán nuevas guerras, y nosotros, chicos, hermanos; hemos de estar preparados y más unidos que nunca.

¿Puedo contar con vosotros?


NanaChan112

- One Shot 2 - Escorpión:

 
 
2ª - Escorpión:

Yong Guk

Salgo de la nave abandonada en la que solemos reunirnos. Lara sigue en el callejón que da a la puerta trasera, esperándonos. Se mira la punta de las botas negras mientras patea el suelo apoyada contra la pared.
Ella siempre es la primera en salir del almacén, como si su interior la asfixiara, pero nunca se va; no sin nosotros.
- Lara. -En cuanto me ve se pone recta y nuestros ojos se encuentran.- Dilo otra vez.
- ¿El qué? -Sabe perfectamente de lo que hablo.
- Pero esta vez dilo bien. Soy tu oppa, pero nunca me llamas así. -Sonríe altivamente-
- A ti no se te puede considerar...
- Hinchan y yo tenemos la misma edad -la interrumpo- y a él le llamas oppa.
- Eso es distinto, no siempre...
Antes de que pueda terminar la frase me apoyo en la pared con las manos a ambos lados de sus hombros, abalanzándome lentamente sobre ella, poco a poco. Lara se tumba sobre la pared, entre mis manos. Ella parece segura, pero sé que su corazón late tan deprisa como el mío debajo de sus costillas.
- ¡Hyong! -Oigo gritar a Zelo. Yo lo mato.
- ¡Zelo! -Grita Lara.
Zelo es el más pequeño del grupo, y mi hermano pequeño. Todos le protegemos mucho, sobre todo Lara, ellos siempre han sido muy cercanos. Todos crecimos juntos, aunque Lara siempre fue especial para mi, igual que Nana lo era para Hinchan.

Nana

Cuando salgo del almacén veo a Lara sonreír sincera y relajadamente, eso últimamente no es lo habitual en ella. Cuando está con Bang y Zelo siempre es alegre, la inocencia del pequeño creo que le recuerda a lo que ella perdió, y Bang es el hombre al que ama, si alguien le saca una sonrisa es él.
- Vosotros volved a casa. -Ordeno al resto de mi banda incluyendo a mi hermana.- Yo iré con Hinchan y Jong Up.
- Onnie, -cuando Lara me llama onnie de esa forma, dulce y cariñosa, con un punto de preocupación una gran calidez me invade siempre. Mi hermanita...-
- Lo sé. -Contesto.
Ella se agacha un poco para abrázarme. Hay que joderse, que mi hermana sea tan alta y yo tan bajita. La genética es muy caprichosa.
La furgoneta negra aparca delante del callejón en el que estamos. Casi está anocheciendo y comienza ha hacer frío. Me calzo mi abrigo de pelo negro y subo a la furgoneta.
 - Oppa -oigo llamar a mi hermana a Hinchan- cuídala bien, ¿vale?
- No te preocupes.
- Y tú también, cuídate, H.
De camino al territorio de Escorpión es Hinchan quien conduce, le encantan los coches y los motores. Se crió en el taller de mi padre, en el que hoy día seguimos viviendo, él era el encargado de reparar y preparar los coches para las carreras clandestinas.
Jong Up permanece atrás, callado y observando, como es su costumbre.
Hubo un tiempo en el que pensé, o más bien deseé, porque se que eso es imposible, que él y Lara acabaran juntos. Todos dicen siempre que Lara y Dae Hyun, que son los mejores amigos, acabarán algún día dándonos la sorpresa. Pero sólo yo se lo que mi hermana siente por Yong Guk y viceversa, ellos nunca han salido oficialmente, ni mucho menos nos han hablado de lo que sienten. Que se quieren sólo lo se yo, y no porque ninguno de los dos me lo contara; ni siquiera Himchan sabe lo que su mejor amigo siente por Lara, a quien adora como su a hermana pequeña.
Mentiría si dijera que estoy de acuerdo con su relación. Antes creía que hacían una gran pareja, pero desde lo de mi padre, todo cambió. Bang está demasiado influenciado por mí; por nuestro estilo de vida y no creo que pueda coger a Lara y largarse, escapar con ella para vivir una vida tranquila y feliz.
Bang ama demasiado a mi hermana, tanto como ella a él. El uno no puede existir sin el otro, son inseparables como las dos caras de una misma moneda.
- Nana -Me llama Hinchan- Ya hemos llegado.
Me acaricia la mano, yo miro el contraste de su piel blanca contra la mía morena y sus ojos negros y amables que expresan su amor por mí. Hace dos años me encantaban estas cosas, también sé que Hinchan echa de menos esa parte de mí.
Extiendo la mano para acariciarle la cara, él cierra los ojos ante mi tacto.
- Oppa, te quiero. Lo sabes ¿verdad?
Él abre los ojos, parece que va ha decir algo pero un golpe sordo nos interrumpe.
- ¡Jong Up! -Exclamamos al unísono
Hacía rato que Jong Up se había bajado de la furgoneta para dejarnos algo de espacio y a nosotros se nos había olvidado.
- ¡Jong Up! -Grito al bajarme.
Él está tirado contra la furgoneta con un golpe en la cabeza, Hinchan se agacha para cogerlo cuando uno de los hombres de Escorpión lo encañona con una pistola.
- ¡Hinchan! -Exclamo.
Pero el click de otra pistola junto a mi cabeza oprime mis palabras.                       

 

 
NanaChan112

sábado, 19 de octubre de 2013

- One Shot 1 - La Edad de la Inocencia:



 1ª - La Edad de la Inocencia:
Nana

 
Cuando una persona presencia algo que es incapaz de soportar dicen que su mente viaja a otro lugar, a un recuerdo agradable. Siempre pensé que si alguna vez me pasaba a mí, me refugiaría en algún cálido recuerdo de mi madre; pero para mi sorpresa no fue así.

Cuando vi cómo mataron a mi padre, mi mente huyó al verano pasado, a aquellos días felices que pasé en la casa del lago junto con mi hermana y mis amigos.
Entonces recordé una frase que mi padre siempre decía: La edad de la inocencia, nunca comprendí a qué se refería; hasta ese momento, que nos veía nadar y jugar en el lago como si de una película de Nicholas Sparks se tratase... en aquel entonces algo se rompió dentro de mí.

- Mátala. -Ordenó uno de los hombres que había matado a mi padre.

Algo húmedo y caliente mojaba mis manos, era... sangre, la sangre de mi padre aún caliente... mi mirada se empañó por las lágrimas, el olor de la sangre... estaba mareada, creía que iba a vomitar. Oí el seguro de una pistola al ser quitado.
- Espera, déjala. No es más que una cría. ¿Qué va ha hacernos?
Aún hoy día, después de dos años sigo sin poder recordar la cara del hombre que intercedió por mi vida, el que parecía ser el líder, ni la de ninguno de los que le acompañaban. Pero lo que sí se seguro es que aquel día, todos cometieron un error dejándome viva.

Nicolás Maquiavelo dijo una vez; que si querías acabar con alguien de verdad, te aseguraras de acabar con todo su linaje, que no quedara ni uno vivo para que así nadie pudiera tomar venganza y destruirte... y la familia de mi padre aún está viva; y junto aún protegemos su territorio, mientras buscamos a los hombres que lo mataron para tomar venganza contra ellos.

Lara

Cuando mataron a mi padre yo tenía dieciocho años, y mi hermana Nana, veinte. Han pasado dos años desde entonces, pero parece que hayan sido cien.
Después de que enterrásemos a nuestro padre Nana me pidió que le contara el pelo y quemara toda su ropa. Al principio yo me negué, pero me dijo que si no lo hacía yo, lo haría ella y el resultado acabaría siendo un desastre así que al final cedí.
Hoy día soy incapaz de verla usando ropa de color o llevando el pelo largo, sus colores son el blanco y el negro, igual que los míos y los del resto de mi familia. Ella no lo dice en voz alta pero yo lo siento como si fuera un eterno luto. Antes me gustaba vestir así, ahora lo odio, es como una obligación.
Nana aún no se ha perdonado así misma por no haber podido salvar a nuestro padre, ni mucho menos ha perdonado a los hombres que lo mataron; y yo, en un recóndito lugar de mi corazón no he podido perdonarla a ella por no habernos liberado del yugo de la mafia en la que nacimos. Cuando la veo encañonar a alguien con una pistola, o matar a sangre fría me pregunto si el perdón absoluto puede existir, y si cuando todo esto acabe, si es que alguna vez lo hace, y nosotras seguimos vivas podría perdonarla de manera incondicional por todo lo que había hecho... mi padre así lo querría, y yo no estaba segura de poder vivir sin perdonar a mi hermana y mi mejor amiga.

Pero si algo nos pasaba a alguno, si Himchan, Yong Guk, Zelo, Dae Hyun, Jong Up o Young Jae, salían heridos o acababan muertos con una bala en la cabeza... estaba segura de no poder perdonarla y convertirme en un monstruo aún peor que ella o que quienes mataron a nuestro padre.

Y eso es lo que más me aterra de vivir esta vida...

                                                        Nana

 La luz de la media tarde entra por los ventanucos de la nave en la que me encuentro, la misma en la que mataron a mi padre; esto me trae recuerdos.

Abro y cierro el mechero de cipo que tengo en la mano, es plateado con unas alas doradas grabadas. Observo el anillo de plata con una gema negra que adorna mi pulgar. El suelo está encharcado de sangre que comienza a coagularse, resoplo de aburrimiento.
 - Se me está agotando la paciencia. -Comunico alzando la cabeza y enderezando los hombros.
Llevo cerca de dos horas torturando y golpeando a un espía de una banda rival. Alguien cercano a la mano derecha de Escorpión, el líder de la otra banda. Pero él no ha dicho nada, tendré que emplearme más a fondo.
- Lara, sal de aquí.
- Si vas a matarlo quiero verlo. -Me desafía.
Me giro para mirarla con expresión de enfado. Está apoyada contra una caja de madera, con los brazos en jarras; su posición es muy altiva.
- Lara, no me jodas y lárgate.
- Zelo, Jong Up, Young Jae: Ellos son más jóvenes que yo, y Dae Hyun tiene mi edad. -Se endereza poco a poco mostrando toda su altura- A ellos no los echas...
A veces pensaba que la muerte de nuestro padre había cambiado a mi hermana pequeña; pero luego recordaba su rebeldía, su sangre caliente e instinto de líder natural.
Ella y Yong Guk son iguales en ese aspecto.
La risa gutural de nuestro prisionero interrumpe la guerra de miradas entre hermanas.
- Esto es lo que pasa, cuando dos mujeres -jadea- gobiernan en un mismo clan.
- Cállate. -Ordeno con voz firme.
Lo golpeo con un puño americano; dos muelas salen disparadas al suelo de cemento. Apenas si puedo reconocerlo, su cara está roja e hinchada debido a los golpes, hilos de sangre le caen de los pómulos y la frente.
Es un tipo duro, he visto a hombres más fuertes ceder con menos.
Lo golpeo otra vez, esta vez en el estómago y aprieto para prolongar un poco más el dolor.
- Si sigues así lo vas a matar. -El tono de Lara, implica cierta dulzura involuntaria, compasión adivino.
- ¿Quieres hacerlo tú?
La expresión de mi hermana se vuelve desafiante y se cuadra más de hombros, pero antes de que pueda abrir la boca para discutirme, Hinchan intercede y nos para. Él siempre es el que detiene las peleas.
- Chicas. -Comienza elevando los brazos para interponerse entre nosotras- Tengo una idea mejor.
- ¿Qué clase de idea? -Pregunta Yong Guk desde el otro extremo de la nave.
- Está bien. -Acepto después de oír el plan de H, como Lara llama a Himchan de vez en cuando-. Tu y Jong Up lo llevaréis.
- Nuna, -Protesta Dae Hyun- yo soy mayor que Jong Up. Yo iré con Hinchan.
- Dae Hyun, tú eres un loco. Me fío más de Jong Up... Vosotros tened cuidado cuando lo llevéis, no quiero heridos.
- Ni muertos... -Comenta Lara de manera distraída mientras se mira las uñas, como si la cosa no fuera con ella.
Saco una sonrisa triste e involuntaria, me muerdo el labio de abajo debatiéndome entre responderle a mi hermana o ser como un adulto con un niño y dejárselo pasar por esta vez.
- Nadie va ha morir Lara. -Se adelanta Yong Guk- Debes confiar en tu hermana. -Él siempre finaliza las conversaciones tensas.
- Yo confío en Nana; más que en nadie. Oppa. -Arrastra la última palabra con cierto tono de burla. Como si fuese un insulto.
A veces Lara tiene la capacidad de transformas las palabras más dulces en venero. A pesar de su aspecto dulce y gracil, casi aniñado; es afilada como un cuchillo, e inteligente como ella sola; esa es su principal arma.
Perdida en mis pensamientos veo salir a Lara del almacén con sus habituales pasos, largos y sigilosos debido a la ausencia de tacones, y a Yong Guk Oppa detrás de ella de manera acelerada pero siempre con cierta distancia.
- Véndale los ojos. -Ordeno a Hinchan- No quiero que Escorpión encuentres este almacén.


NanaChan112

martes, 15 de octubre de 2013

- One Shot - Prólogo:

 
                                                           
Prólogo:

 Sinceridad, honestidad, sacrificio, perdón absoluto... en el colegio al que asistí de niña, siempre nos enseñaban estos términos: Todos somos hijos de dios me decían, todos somos hermanos, haz el amor y no la guerra, proclama la paz absoluta.

Pero la verdad es que a lo largo de mi vida, he aprendido que no hay un dios como tal, un padre absoluto de amor incondicional que nos guía y protege, también que los hermanos no se matan entre sí por gobernar una parte de la ciudad, que para proteger aquello que más amas la guerra es inevitable; y que a lo largo de la vida es casi imposible encontrar un minuto de paz absoluta.

Siempre fui una hija obediente y una mejor hermana; y sé que si mi padre estuviera aquí me diría que perdonara a los hombres que lo mataron, que no intentara vengarme, que los dejara ir y fuera feliz.

Pero lamento decir que esta historia, no trata sobre el perdón.

- One Shot: Sinopsis:



Titulo: One Shot

Género: Drama, Comedia, Misterio, Romance, Hetero, Shonen Ai (Cuando especifico "shonen ai", quiere decir que hay un romance yaoi, pero sin contenido sexual).
Grupo: B.A.P
Mención a otros grupos: BigBang (GDragon y T.O.P) y JYJ (Secundarios Jaejoong y Yoochun) y Han Ji Min (actriz).


 Sinopsis:
Nana y Lara eran dos chicas normales, hermanas inseparables, felices. Hasta que un día unos hombres armados mataron a su padre delante de Nana, la mayor de las dos, y ésta decidió emprender venganza contra ellos.


NanaChan112