3 ª - La
Naturaleza Del Escorpión:
Nana
- Hola
conejita. Cuanto tiempo... -Reconozco al instante la voz que habla a mi
espalda, Escorpión- Tira el arma conejita, o el conejo rosa y verde se van a la
mierda...
Muy a mi pesar tiro la pistola. El muy hijo de puta nos
había seguido, debí preverlo, todo había sido una sucia trampa.
- Muy bien,
ahora, levántate, despacio... muy bien...
Antes de que se lo espere me doy la vuelta y forcejeo para
quitarle la pistola, esta cae y se vuelve una lucha cuerpo a cuerpo. ¡Nana!
oigo gritar a Hinchan, Jong Up sigue inconsciente y dos hombres forcejean
contra Hinchan.
Yo mira a Escorpión a la cara, pero como es más alto que yo
sólo puedo ver el tatuaje del cuello que le da nombre, un escorpión con cola roja.
- Es una
pena, que vayas a morir sin poder vengarte de quien mató a tu papi...
- Hijo de
puta -jadeo- dime quién mató a mi padre, sé que lo sabes.
Escorpión me tiene atrapada contra la furgoneta y sus
manazas asían mi cuello, estoy mareada, me cuesta respirar, no puedo creer que
vaya a morir así.
Hinchan, ¿dónde está?, no puedo verlo, ni oírlo, y mi
hermana, Lara. En estos momentos de agonía y miedo, mi último pensamiento es
para ella.
- Lara...
-susurro.
- Por tu
hermanita no te preocupes, tengo planes para ella, la violaré delante de tus
amigos para que todos vean cómo sufre, y luego, los mataré a todos... empezando
por el que más te gusta...
"Lara, no" el flujo de mis pensamientos es espeso,
como si fuera un sueño, en aquellos momentos de vigilia los hombres que mataron
a mi padre vienen a mí, no puedo ver sus caras, pero recuerdo algo, un
detalle... un anillo con un escudo grabado... es... ¿una serpiente?
En dos zancadas está frente a mí, le da la vuelta al cuerpo
de Escorpión y lo encañona con la pistola en la mandíbula.
- ¿Quién
mató a mi padre? Habla. -Dice.
Sus ojos desprenden fuego, Escorpión está casi muerto, no
hablará y Lara será la responsable de su muerte, por primera vez en su vida
habrá matado a alguien. No puedo permitir eso.
- Dame, yo
lo mataré. -Extiendo la mano, exigiéndole que me de su pistola.
- Onnie, no
te metas. ¡Dime! ¿Quién fue? ¡Dímelo!
- Eres
igual que tu madre... -sonríe de manera burlona- tú lo tienes...
- ¿De qué
hablas, desgraciado?
- De la
naturaleza... del escorpión... tú la tienes... igual que ella... eres... una
líder...
- Yo no soy
como tú.
- Es
cierto, no lo eres. -Contesto y antes de que Escorpión pueda decir una palabra
más le pego un tiro en la cabeza con la pistola que acabo de recoger del suelo.
- Onnie,
¿qué has hecho?
- Tú no
eres como él, Hana. Yo sí. -Jadeo-. Yo le he matado, no tú. No lo olvides.
- ¿Seguro
que estás bien? -Hinchan me aprieta con fuerza los hombros.
- Oppa, me
lo has preguntado noventa veces...
El calor que mana de su cuerpo me hace sentir mejor, aquí,
en la terraza donde estamos hace un poco de frío, y la brisa marina no es que
ayude.
- Ya casi
está amaneciendo. -Su pelo parece aún más negro con esta luz.
- ¿Y Lara?
¿Te ha dicho algo? Habla más contigo que conmigo. Ella te adora, eres su
hermano mayor.
- Yo
también la quiero mucho, pero no ha hablado conmigo.
- Entiendo.
-El silencio se hace incómodo- No quería que ella lo matara. No quiero que mate
a nadie, no quiero que se vuelva como yo... -Mi voz se torna ronca y toso para
aclararla.
- Lo sé. -Me
dice y me abraza- Y creo que Lara también, es una chica lista. Seguro que lo
entiende.
Lara
- ¿Cuánto
tiempo piensas quedarte ahí? Te vas a congelar.
No levanto ni la cabeza para mirarle, por su voz jodidamente
sexy sé perfectamente quién es.
- Yong Guk,
déjame en paz. -Jadeo.
No sé cuanto tiempo lleva ahí, y si no estuviera tan agotada
seguiría nadando para ignorarle, pero si muevo un sólo músculo fuera del lugar
estoy segura de que me ahogaré por agotamiento.
- Estás
temblando, -observa- ni siquiera te has quitado la ropa.
- Es para
que tú me la quites luego...
-Arrastro las palabras para que suenen con hiriente desprecio.
Para mi sorpresa Yong Guk no dice nada. Sólo me mira desde
su altura y luego se tira a la piscina junto a mí.
- Jo-der, -exclama-
el agua está helada. -Se queja.
- ¿Qué
diablos haces? ¡Tú estás loco! -afirmo más que pregunto.
- Será que
se pega. Anda ven aquí. -Tira de mi brazo y me arrastra a su lado, luego me
abraza contra su pecho duro como una piedra.
Me aprisiona los brazos contra su torso; Yong Guk es
delgado, pero muy musculoso y tiene mucha fuerza a consecuencia. Apenas si
puedo moverme del sitio, ni mucho menos resistirme.
- ¿Qué
haces? -Me quejo-. Yong Guk, suelta. ¡Qué me sueltes!
Me revuelvo contra él, salpicando y revolviéndome pero él
apenas parece notarlo.
-
Sshshshshshs.... -Me acuna para calmarme- Tranquila, no pasa nada, Lara. Sólo
tienes que respirar. No has matado a nadie. Nana te protegió de hacerlo, otra
vez. Es todo lo que hace, protegerte. De ti, de los demás, de ella misma, de mí
el primero.
Me quedo quieta, escuchando su voz. Noto el calor de su
cuerpo a través de la sudadera gris mojada. Mi corazón late increíblemente
rápido; no se si es por la falta de calor en mi cuerpo, o por haberme resistido
tanto que está así de nervioso; puede que incluso su cercanía me haga estar así
aunque yo no quiera.
Sus ojos están puestos en el horizonte, mirando hacia la
bahía que se ve al fondo del paisaje. Le miro como si lo hiciera por primera
vez en años, es increíble lo poco y lo mucho que ha cambiado desde que éramos
pequeños. Puede parecer que no a simple vista, por su mirada aparentemente dura
y seria, o su pelo medio rapado, pero Yong Guk tiene cara de muñeco; rostro
redondeado y aniñado, con la sonrisa muy dulce y la nariz pequeña.
- ¿En qué
piensas? -Me pregunta de golpe.
- En algo
que me dijo Escorpión. -Miento.
- Deberías
olvidarlo, ese hombre es veneno. Era... -Mientras habla mantiene la mirada fija
en el mismo lugar.
- Me habló
de mi madre; dijo que era igual que ella. Que también lo tengo... la naturaleza
del escorpión.
- Eso no es
verdad, -su tono de voz es increíblemente seguro. Incluso burlón, como si le
hubieran gastado una broma- tú nunca traicionarías a nadie. -Ahora su tono era
serio de verdad.
- ¿Ni
siquiera por amor?
Por primera vez desde que me abrazó deja de mirar al frente
para mimarme a mí. Mis palabras parecen haberle desconcertado. Yo bajo la
mirada y escondo la cara en su clavícula, abrazándolo fuerte.
- Tengo
frío. -Susurro.
- Salgamos
entonces. -Hace ademán de apartarse pero lo retengo aferrándome a sus hombros.
- Todavía
no. Aún no estoy preparada. Espera un poco más por favor... tú me das calor...
Sin decir nada más me abraza simplemente.
Hinchan
Echo un vistazo a la panorámica. Todo parece seguir igual,
pero hay tanto que ha cambiado... Ya sólo quedan dos coches a medio reparar y una
ristra de motos, algunas funcionan y otras no. En el centro de la sala, donde antes
solían estar los elevadores de coches, ahora sólo hay una pequeña mesa con un
sofá amplio de color verde y unas sillas en donde pasamos horas juntos. En
frente sigue estando la puerta ascendente de chapa, pero sólo la abrimos a
primeras horas de la noche y de la mañana, cuando tenemos que salir o entrar.
Hace meses que el taller no se abre durante el día ni mucho menos reparamos
coches. El piso de arriba sigue igual, a excepción de la escalera de caracol de
hierro, que antes estaba pintada de verde botella y ahora es granate.
Casi todos están levantados ya, sólo faltan Lara, Nana y
Yong Guk. Me acerco a Jong Up que está sentado en el sofá.
- Jong Up,
¿cómo te encuentras? ¿estás bien? -Le pregunto interesado por el golpe en la
cabeza que recibió de Escorpión.
- ¡Jong Up!
-Exclama la voz de Lara, evitando que el pequeño, desde la puerta del taller en
el que nos reunimos-. ¿Cómo estás? ¿Te duele?.
Entra como un torbellino, pasa junto a mi y de un salto se
planta en el sofá junto a su hermano pequeño.
- Estoy
bien, nuna.
- A ver,
déjame ver... -Le examina el golpe con cuidado- Pero qué hijo de puta...
Lara y Nana dan la impresión de ser completamente distintas;
pero en verdad son completamente iguales. Ya no por el aspecto físico, que
también tienen muchos rasgos faciales comunes; si no por la forma de hablar, de
pensar, de moverse, los gustos y aficiones... son como una misma alma viviendo
en dos cuerpos distintos, hermanas de sangre y amigas hasta la muerte; una
unión que siempre se me antojó admirable e inquebrantable.
- Lara,
¿cómo estás? -Le pongo la mano sobre el hombro. Parece cansada, como si no
hubiera dormido bien.
- Estoy
bien, gracias -Sonríe ligeramente y acaricia mi mano sobre su hombro. Parece un
ángel, tan inocente...
- ¿Y Yong
Guk? -Le pregunto para cambiar de conversación.
- ¿Eh? -Su
expresión cambia de golpe- ¿Y yo qué sé? ¿Por qué me preguntas a mí eso? -¿Y
ahora por qué enfada? no entiendo nada...-
Me atraviesa con la mirada, parece mentira que hasta hace
cinco segundos su rostro fuera el de una niña tierna y no el de una fiera
indomable y malhumorada como es ahora...
En ese momento de desconcierto entra Nana, ataviada con su
habitual abrigo de pelo negro. Todos en la sala nos enderezamos, a excepción de
Lara, que permanece cómodamente en el sofá junto a Jong Up sin quitar la mirada
de su hermana.
- Lara, -comienza
Nana, cauta- ¿estás bien?
- Sí, onnie.
-Contesta dulcemente.
Lara siempre me sorprende. Pensaba que cuando se encontrara
con su hermana la desafiaría o sería borde con ella contestándole de mala
manera. En cambio le contesta con ternura. Creo que sabe cómo tratar a su
hermana, yo debería de aprender de ella, creo.
- Jong Up,
¿cómo estás tú? -El aludido guiña un ojo y alza el pulgar para indicar que está
bien- Siento lo de anoche, chicos, debí darme cuenta de que nos seguían.
- Nuna se
dio cuenta. -Interviene Zelo.
Nana no hace ningún comentario, pero al mirar a Zelo parece
reparar en algo extraño.
- Oye, Lara.
¿Dónde está Yong Guk? -Comenta señalando el sitio vacío en el sofá al lado de
Zelo.
- ¡Otra!
¡Qué no lo sé! -Contesta enfadada- Ni que fuera su sombra, pregúntale a Zelo
que es su hermano.
- Yo no
tengo ni idea. -contesta rápidamente el aludido-. No lo he visto todavía desde
que me he levantado.
- A lo
mejor sigue durmiendo, sólo son las ocho de la tarde jefa...
- Young
Jae, ¿prefieres llamarme jefa antes que nuna?
- Muy
fuerte, ¿verdad, onnie?
Las hermanas vuelven a intercambiar una sonrisa, me parece
que hace meses que no las veo hacer ese gesto entre ellas; aunque esta vez no
es como solían hacerlo, esta está llena de amor entre ellas pero también mucha
tristeza y cierta infelicidad. Se me rompe el corazón de ver a la mujer que amo
y a mi hermanita, mis dos chicas... tan destrozadas y tan unidas a la vez, las
admiro por eso.
- Anoche
recordé algo -Suelta Nana de repente dejándome helado. No me había comentado
nada...- De quien mató a mi padre. -Contesta seria.- Sigo sin poder verle la
cara, -se apresura a decir-, lo siento. Pero sé que lleva un anillo, uno de
oro, posiblemente macizo. Tiene grabado un sello, como un dragón o una
serpiente. No puedo verlo bien, aún está todo muy borroso...
- No es
mucho... -Comenta Zelo.
- ¡Pero es
una pista! -Lara roba mis palabras con fiereza.
- ¿Y ahora
qué hacemos? -Pregunta Yong Guk desde la puerta trasera.
No me había dado cuenta de que había llegado. Tiene el pelo
revuelto y pinta de no haber dormido demasiado bien, la sudadera gris es la
misma que llevaba ayer y está muy arrugada y acartonada, como si hubiera
dormido con ella puesta.
- Ahora que
Escorpión está muerto. -Comienza Yong Guk- ¿Podemos tener un poco de paz?
- Podemos,
oppa. -Contesta Nana, cauta-. Pero no por mucho tiempo. Dentro de poco vendrán
nuevas guerras, y nosotros, chicos, hermanos; hemos de estar preparados y más
unidos que nunca.
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